miércoles, 1 de octubre de 2014

Masoneria La Retogradación

Masoneria  LA RETROGRADACION

La retrogradación característica del quinto viaje tiene también varios sentidos, que se ofrecen a nuestra meditación. Fundamental entre ellos nos parece la necesidad de revisar el camino recorrido, correspondiendo en cierta manera a nuestra facultad de la memoria, con la cual analizamos retrospectivamente los diferentes acontecimientos de nuestra vida. Es una revisión completa de toda nuestras actividad y de nuestros esfuerzos (de todo nuestro currículum vitae) la que se impone en este momento evolutivo, para poder pasar adelante.
Otro sentido no menos importante es el de la retrogradación aparente que se cumple inevitablemente en varios aspectos de la vida individual, como primera consecuencia de la libertad desacostumbrada, efecto del abandono de todas las reglas y limitaciones. Hay, muchas veces, efectivamente, una recaída en vicios, defectos y errores que parecían haber sido definitivamente superados; sin embargo, se trata de fenómenos transitorios, pues llega un momento en que el movimiento de retroceso tiene que detenerse, empieza entonces un nuevo progreso, sobre una base más firme, más sólida y segura.
Como el número cinco representa también la caída del hombre (o sea la involución del Espíritu o del yo en los lazos de la Ilusión, que lo hacen en un primer momento esclavo de la apariencia material de las cosas), es natural que haya también en este viaje este sentido de caída o involución, que se manifiesta en la vida del Iniciado como preliminar necesario de una más completa regeneración espiritual.
Se ha parangonado, también, esta retrogradación del Compañero en su quinto viaje, a la retrogradación aparente del sol que, después del Solsticio de Verano, empieza un movimiento en sentido inverso, en relación con el anterior, alejándose siempre más, en su declinación, del hemisferio boreal, incrementando así la noche y el frío, que se hacen más evidentes según nos alejamos del ecuador en dirección del polo, hasta la noche de seis meses que caracteriza la región circumpolar.
Finalmente esta retrogradación tiene un sentido filosófico digno de nota, ya que en la medida en que nos acercamos a la realidad, reconocemos que ésta siempre se manifiesta y procede en sentido inverso de la apariencia.
Un ejemplo físico de esta Verdad lo encontramos en el doble movimiento aparente del Sol alrededor de la tierra y del Zodíaco, que es en realidad la apariencia invertida del movimiento de rotación y revolución de la tierra; mientras el sol se levanta para nosotros al Oriente y se pone al Occidente, pasando por el Sur, y nos hace ver en sentido inverso, en los doce meses, los doce signos del Zodiaco, en realidad es la tierra la que gira sobre sí misma y alrededor del sol, del Occidente al Oriente, y pasando de libra a Aries en los seis meses de luz creciente y de Aries a Libra en los meses de luz decreciente (1) .
Así habiendo realizado el Compañero, sus cuatro primeros viajes, según el movimiento aparente del sol, realiza el último inversamente, según el movimiento real de la tierra, ingresando definitivamente en el campo de la realidad, y cesando así de ser esclavo de la apariencia externa.
(1) Con referencia, naturalmente, al hemisferio norte, dado que en el hemisferio austral las estaciones están invertidas.
Paz y Gloria
(Es necesario cambiar nuestro punto de referencia, nuestro modo de observación. Recuerda el sentido inverso; el Norte Celeste se corresponde con el Sur Terrestre; lo pequeño en la Tierra será grande en el Cielo; como un espejo.
Lucas 14:11 – “Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido”.
Mateo 18:4 – “Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos”.)
LA RETROGRADACION en Masonería 
https://groups.google.com/forum/#!topic/secreto-masonico/Z0RfcXQYHS0
Aldo Lavagnini

La retrogradación característica del quinto viaje tiene también varios sentidos, que se ofrecen a nuestra meditación. Fundamental entre ellos nos parece la necesidad de revisar el camino recorrido, correspondiendo en cierta manera a nuestra facultad de la memoria, con la cual analizamos retrospectivamente los diferentes acontecimientos de nuestra vida. Es una revisión completa de toda nuestras actividad y de nuestros esfuerzos (de todo nuestro currículum vitae) la que se impone en este momento evolutivo, para poder pasar adelante.

Otro sentido no menos importante es el de la retrogradación aparente que se cumple inevitablemente en varios aspectos de la vida individual, como primera consecuencia de la libertad desacostumbrada, efecto del abandono de todas las reglas y limitaciones. Hay, muchas veces, efectivamente, una recaída en vicios, defectos y errores que parecían haber sido definitivamente superados; sin embargo, se trata de fenómenos transitorios, pues llega un momento en que el movimiento de retroceso tiene que detenerse, empieza entonces un nuevo progreso, sobre una base más firme, más sólida y segura.

Como el número cinco representa también la caída del hombre (o sea la involución del Espíritu o del yo en los lazos de la Ilusión, que lo hacen en un primer momento esclavo de la apariencia material de las cosas), es natural que haya también en este viaje este sentido de caída o involución, que se manifiesta en la vida del Iniciado como preliminar necesario de una más completa regeneración espiritual.

Se ha parangonado, también, esta retrogradación del Compañero en su quinto viaje, a la retrogradación aparente del sol que, después del Solsticio de Verano, empieza un movimiento en sentido inverso, en relación con el anterior, alejándose siempre más, en su declinación, del hemisferio boreal, incrementando así la noche y el frío, que se hacen más evidentes según nos alejamos del ecuador en dirección del polo, hasta la noche de seis meses que caracteriza la región circumpolar.

Finalmente esta retrogradación tiene un sentido filosófico digno de nota, ya que en la medida en que nos acercamos a la realidad, reconocemos que ésta siempre se manifiesta y procede en sentido inverso de la apariencia.

Un ejemplo físico de esta Verdad lo encontramos en el doble movimiento aparente del Sol alrededor de la tierra y del Zodíaco, que es en realidad la apariencia invertida del movimiento de rotación y revolución de la tierra; mientras el sol se levanta para nosotros al Oriente y se pone al Occidente, pasando por el Sur, y nos hace ver en sentido inverso, en los doce meses, los doce signos del Zodiaco, en realidad es la tierra la que gira sobre sí misma y alrededor del sol, del Occidente al Oriente, y pasando de libra a Aries en los seis meses de luz creciente y de Aries a Libra en los meses de luz decreciente (1) .

Así habiendo realizado el Compañero, sus cuatro primeros viajes, según el movimiento aparente del sol, realiza el último inversamente, según el movimiento real de la tierra, ingresando definitivamente en el campo de la realidad, y cesando así de ser esclavo de la apariencia externa.

(1)   Con referencia, naturalmente, al hemisferio norte, dado que en el hemisferio austral las estaciones están invertidas.

Paz y Gloria

(Es necesario cambiar nuestro punto de referencia, nuestro modo de observación. Recuerda el sentido inverso; el Norte Celeste se corresponde con el Sur Terrestre; lo pequeño en la Tierra será grande en el Cielo; como un espejo.

Lucas 14:11 – “Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido”.

Mateo 18:4 – “Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos”.)

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